jueves, 18 de noviembre de 2010

Mi nueva fe

Debo confesar que a través de la experiencia con mi Sebastián, tengo una nueva perspectiva de la vida y por consiguiente de la religión. Cuando él se fue, como todos saben, mi mundo y todas mis creencias se vinieron abajo, me enojé mucho con Dios, no podía concebir al Dios que toda la vida me habían pintado, permitiendo que un bebé inocente sufriera tanto. Ni mucho menos que permitiera que su dolor fuera causado por personas sin el más mínimo rastro de conciencia, personas que su único interés es lucrar y lucrar con la vida! No entendía tampoco como Dios nada había hecho por mi hijo a pesar de nuestras plegarias.

La gente cuando Sebastián enfermó me decía que rezara (y solo Dios sabe cuánto recé...!), que se lo entregara a él (cosa que hice, con toda mi fe y con todo el amor de mi corazón) me decían que él lo iba a sanar (cosa que yo creí, y me aferré a esa creencia) y cuando finalmente murió me dijeron que había sido su voluntad (....) Alguien llegó a decirme que Dios sabía porque hacía las cosas, que mi hijo seguramente no era para mí. Qué MI hijo no era para MI?!?!? Increíble, no? ahora cuando lo escribo me parece más ridículo aún.

Tuvimos serios problemas existenciales y todo nos pareció una farsa. Fue una época larga, dura y muy, muy triste... nos encontramos, como ya varias veces, solos. Hundidos en el dolor más desgarrador y encima de eso…perdidos. 

Estoy segura que Dios (si, mi Dios) y Sebastián pusieron en nuestro camino al padre Julio. Qué hombre tan maravilloso! Con toda la paciencia y el amor posible tuvo la amabilidad de sentarse con nosotros a escuchar como acusábamos a Dios por todo lo que nosotros creíamos había hecho (mal) y no había hecho en absoluto (cuando debía). Hablamos ... no sé cuánto tiempo y cuando terminamos, él empezó a hablar y lo que dijo fue como una luz en la oscuridad, sus palabras son la razón por la cual hoy sigo creyendo en ese Dios que siempre imaginé, ese Dios de amor...

NO fue la voluntad de Dios que Sebastián muriera, la muerte NO es de Dios. La vida sí. Dios le dio la vida a Sebastián, como a todos nosotros, pero estamos en un cuerpo mortal, sometidos a las leyes de la vida, propensos a la enfermedad, a tantas cosas, incluso a la maldad humana. Dios no puede intervenir en nuestras vidas como nosotros creemos, si así fuera la vida sería un caos. Dios nos acompaña, es amigo fiel, lloraba con nosotros cuando nuestro hijo murió pero no puede intervenir de esa manera, de alguna forma tiene que dejar que la vida siga su curso…

Cada quien es responsable de lo que hace, nos tenemos que cuidar pero también debemos tratar de hacer lo mejor que podamos con nuestra vida y con las personas a nuestro alrededor, ya que Dios solo puede intervenir en nosotros mismos, de ahí que todos tenemos conciencia. La conciencia se adormece pero nunca desaparece, aunque en muchas ocasiones pareciera que sí… hay tanta maldad en este mundo. Y eso de que todo se paga en este mundo, es relativo… ya que hasta esas personas algún día se enfrentarán a su propia conciencia, porque Dios NO castiga. 

Fue tanto lo que hablamos y tanto lo que entendimos que ahora me parece difícil plasmarlo en palabras, pero una cosa si les digo, creemos en Dios, ya no profesamos ninguna religión porque a pesar de que lo hemos analizado mucho, no le encontramos sentido a un montón de protocolos a seguir. No ha sido fácil, las personas a nuestro alrededor no solo, no lo entienden sino que no lo aceptan. Claro, tendrían que experimentar el dolor de perder a un hijo para que sus creencias se tambalearan, como nos pasó a nosotros, para que el dolor los hiciera dudar o cuestionar algo que se nos ha inculcado desde niños pero que nunca en realidad habíamos tenido necesidad de encontrarle sentido, las cosas simplemente eran así.

Creo que a Dios no le importan esas cosas (las religiones), lo que a él le importa es que en nuestros corazones haya paz y el amor al prójimo. Que luchemos día a día por ser mejores, para estar bien con nosotros mismos y con las personas a nuestro alrededor. Mi nueva fe es la confianza de saber que no me encuentro sola, Dios está con nosotros, pero también la confianza, de que mientras yo haga el bien mi conciencia está tranquila y mientras tome una actitud positiva, las cosas saldrán positivas.

Gracias a la plática con el padre Julio pude entender que Dios nunca nos abandonó y que si bien la muerte no es de él, la vida eterna si, le pedí perdón por todo, y sé que él me perdonó, en su grandeza entiende que seguimos siendo humanos y que no entendemos muchas cosas, pero no importa porque el amor es grande y el día que yo muera se que él me abrirá las puertas de su casa en donde mi Sebastián estará esperándome y esa vez nunca nadie nos va a separar. Le voy a dar una eternidad de besitos y caricias que no pude darle en vida y seremos inmensamente felices por siempre y para siempre.

Señor, haz de mi un instrumento de tu paz.
Que allí donde hay odio, yo ponga el amor.
Que allí donde hay ofensa, ponga yo el perdón.
Que allí donde hay discordia, ponga yo la unión y armonía.
Que allí donde hay error, ponga yo la verdad.
Que allí donde hay duda, ponga yo la Fe.
Que allí donde hay desesperación, ponga yo la esperanza.
Que allá donde hay tinieblas, ponga yo la luz.
Que allí donde hay tristeza, ponga yo la alegría.

Oh Divino Maestro, que yo no busque tanto en ser consolado, como en consolar,
en ser comprendido, como en comprender,
en ser amado, como en amar.

Porque dando se recibe,
olvidándose uno se encuentra a sí mismo,
perdonando, se es perdonado,
muriendo es como se resucita a la vida eterna.
Amén


(San Francisco de Asís)

domingo, 7 de noviembre de 2010

Ser madre...

"A veces, ser madre es ver cara a cara a la muerte que aprisiona a tu hijo en sus garras. Presenciar impotente su lucha. Comprender, desolada, que ha salido vencido en el duelo. Y entonces, ser madre es sentir que el dolor, como fiera rabiosa, desgarra tu pecho. Es querer morir...¡Morir! ¡Morir! ¡Morir! Y de pronto ..., apretar los puños y...¡Seguir viviendo! Porque un hijo no se va del todo mientras que su madre lo sigua queriendo."

Sebastián ....te amo!